El Feng-Shui es un arte procedente de china que significa principalmente “tierra y cielo” y que conoce desde hace más de 4.000 años. La base del Feng-shui se basa en corrientes filosóficas relacionadas con el Taoísmo donde la administración de la energía es el concepto más importante, en el que se encuentran cinco tipos de elementos primordiales: tierra, fuego, metal, madera y agua. El chi es la energía de la naturaleza, la que hace funcionar nuestro mundo; esta misma energía es importante atraerla ya que es un ente que pueden beneficiarnos a nosotros y a nuestro entorno. El Feng-shui quiere concentrar el chi en nuestro hogar para evitar que se disperse fuera o esté mal repartido. Esta disciplina resulta muy importante en varios campos como el de la arquitectura y el diseño de interiores, así como la disposición y organización de los elementos de un hogar, buscando la armonía y el equilibrio en cada rincón.

Como no podía ser de otro modo, los espejos son uno de los elementos más influyentes para el Feng-shui ya que estos objetos tienen capacidades curativas, aumentan la energía yang si se ubican de una manera correcta en nuestro hogar. Como bien saben los diseñadores de espacios, estos objetos decorativos son muy eficaces para disimular columnas, reflejar la luz y dar la sensación de que un espacio es más grande de lo que realmente es.

Es recomendable asegurarse que los espejos reflejen siempre algo bonito o agradable (con buen Feng-shui) como por ejemplo un bodegón, un cuadro o una escultura artística ya que permitiremos dejar entrar energía positiva a nuestro hogar. Por el contrario hay que evitar reflejar motivos con mal Feng-Shui, por ejemplo fuego o elementos rotos o deteriorados.

Seguramente has escuchado alguna vez la superstición en el que romper un espejo significa siete años de mala suerte. Esta superstición está basada en parte en que al romperse un espejo se convierte en un elemento que desvirtúa y distorsiona la realidad donde está. Por ello la forma de los espejos es muy importante ya que hay que evitar espejos con formas irregulares, biselados o espejos con estructuras que reflejen de diferentes partes un objeto. Los espejos deberían ser pues, elementos lo más minimalistas y sencillos posibles, con una superficie recta, evitando espejos convexos o curvos. Hay que evitar mayormente espejos muy antiguos que no tuvieron durante años un lugar donde captarán buen Feng-Shui.

Aunque la mayoría de los modelos de espejos que podemos encontrar en el mercado reflejan sin ningún tipo de distorsiones la realidad, hay que evitar esos espejos que contengan bases coloreadas o espejos oscuros ya que evitarán que la energía chi se quede. Evite colocar espejos justo delante de entradas o puertas ya que hay que dejar pasar el chi desde fuera hacia adentro de nuestro hogar y no rebotarlo hacia fuera. Tampoco es recomendable que un espejo se sitúe frente una cama ya que eso ocasionará una desprotección de la corriente providente de la ventana de la habitación y evitará que el sueño se consolide con energía organizada y agradable mediante la energía yin que favorece el descanso mientras dormimos. Si ya tienes un espejo en el dormitorio lo ideal sería que lo ubicaras en otra parte de tu hogar, pero si no puedes siempre puedes taparlo cuando vayas a dormir.

Como recomendación final es imprescindible mantener los espejos bien limpios, ubicados en espacios donde se reflejen objetos enteros y en el caso de que se caiga o se arañe, cambiarlo inmediatamente por otro espejo de similares características.

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